<% vol = 16 number = 2 titolo = "Quemaduras eléctricas de los labios y comisura bucal" volromano = "XVI" data_pubblicazione = "abril-mayo-junio 1990" header titolo %>

Por los doctores: L. F. Nahas R. A. Nahas

RESUMEN

Entre las modalidades terapéuticas aceptables para las quemaduras eléctricas de los labios, se pregonan tratamientos conservadores que permiten la cicatrización de la herida en forma espontánea, seguido de reconstrucción tardía.

En la vereda opuesta están los que se adhieren a intervenciones quirúrgicas tempranas. En ambos casos los resultados funcionales y estéticos son, en general,insuficientes y poco aceptables.

El uso de férulas orales, con el objeto de prevenir o minimizar la microstomía secundaria, se presenta como alternativa de modalidad no quirúrgica, con resultados que previenen o disminuyen la magnitud de los procedimientos reconstructivos.

1. INTRODUCCION

Las quemaduras eléctricas de los labios y comisuras si bien relativamente infrecuentes (en la mayoría de las estadísticas representan del 4 al 7 % de las hospitalizaciones por quemaduras), son de consecuencias serias en la capacidad funcional y estética de la boca.

El grado de severidad de las lesiones tisulares varían de leve, o fácilmente corregibles, a muy graves,con secuelas mftiples y de difícil corrección (1-2).

Entre ellas se incluyen microstomías de distinto grado, obliteración dei surco labial, desviación de la dentición, babeo y disminución de la capacidad para masticar. A consecuencia, de todo esto, muchos presentan dificultad para hablar, debido a una pobre articulación, mala higiene dental y problemas psicológicos (2).

Generalmente las quemaduras eléctricas de la boca se encuentran en niños menores de cinco años, más comúnmente de 1 ó 2 años.

La causa más común es por introducción en la boca de una conexión eléctrica, por la costumbre del niño de llevárselo todo a la boca.

La saliva que contiene electrolitos, al mojar los extremos del enchufe completa el circuito y transmite la corriente a través de los tejidos del área (labios, comisura, lengua) con daño tisular considerable.

La extensión del área afectada está en relación con el voltaje eléctrico y la resistencia ;ocal de los tejidos, que en el caso de la boca es extremadamente baja y asociada con la resistencia corporal distante elevada, crean condiciones ideales para la inducción de la quemadura local (1-2).

La mayoría de los estudios muestran una mayor incidencia en varones que en mujeres en una relación de 2 a 1.

La zona de más frecuente localización, es sin lugar a dudas, la región de la comisura con extensión al labio superior e inferior. En el 30 a 40 % de los casos se encuentran concomitantemente en la lengua.

El aspecto clásico del labio, inmediatamente después de ocurrida la lesión, es de una escara blanca indolora, generalmente de tamaño reducido. Después que han transcurrido algunas horas aparece edema significativo de los tejidos. La extensión del área necrosada es evidente después que la escara cambió de color a pardo oscuro o negro.

Dos tipos de quemaduras eléctricas han sido descritas: 1. De contacto. 2. De arco voltaico.En la primera el paciente tiene continuidad con tierra y el cuerpo actúa como conductor, con la corriente eléctrica pasando a través del sitio de menor resistencia; pueden ser fatales.

Lá segunda, o por arco voltaíco, sucede cuando el arco o chispas «puentean» el espacio entre la fuente eléctrica y el tejido humano. En este caso la quemadura es ocasionada por los cambios térmicos que se operan en el sitio de entrada y salida de la corriente eléctrica. El calor se estima puede llegar a temperaturas de 2.500° a 3.000°.

Las complicaciones de esta patología pueden dividirse en: tempranas y tardías.

Las tempranas incluyen: 1. Necrosis de espesor total. 2. Infección, secundaria a la necrosis y 3. Hemorragia. Esta última rara vez se ve en los primeros días, pero puede presentarse al fin de la primera semana, generalmente al octavo día y, cuando lo hace, involucra a la arteria labial siendo profusa y potencialmente muy peligrosa.

Las complicaciones tardías incluyen: 1. Disminución de la excursión mandibular; 2. Disminución del movimiento de la lengua; 3. Dificultad en el habla y, 4. Dificultad para la higiene oral. Como se vé casi todas ellas secundarias a la microstomía cicatricial que se crea, por lo que nuestro objetivo terapéutico se dirige a prevenirla.

2. MATERIAL Y MÉTODOS

El tratamiento de estas quemaduras varía según los autores, oscilando entre una actitud quirúrgica precoz y actitudes conservadoras con revisiones secundarias. En ambos casos los resultados son inciertos y en muchos casos inaceptables (1-2).

Un total de 12 pacientes fueron tratados por nosotros, mediante una modalidad distinta con el objetivo de prevenir la microstómía y sus consecuencias ,y en lo posible evitar o minimizar las correcciones quirúrgicas.

En 1976 Hartford desarrolló una «férula bucal» con el objeto de prevenirla retracción y consiguiente microstomía. Se construye adosada a un retenédor ortodóncico para fijarlo en los dientes y mantenerla en posición (1).

Basados en este principio establecimos el siguiente plan terapéutico: Desde el i. al 6. día se realizan curas locales de la herida con pomadas antibióticas, al 7. día el dentista que ya examinó al paciente y obtuvo un molde, coloca la férula (fig. 1) de acrílico, que se mantiene en todo momento por un período de seis meses. Puede, según la edad del niño, permitir que se la retiren durante las comidas. Obviamente, durante todo este período, el paciente es controlado por consultorio externo y el dentista modifica o adapta la férula de acuerdo la evolución.

<% immagine "Fig. 1 a)","gr0000001.jpg","Típica quemadura de la comisura bucal en un niño",230 %> <% immagine "Fig. 1 b)","gr0000002.jpg","Muestra la férula usada por los autores",230 %>

3. RESULTADOS

Doce pacientes fueron tratados de esta forma con resultados favorables en comparación a los vistos con las modalidades clásicas (fig. 3). Nueve pacientes para un porcentaje del 75 %, requirieron correcciones quirúrgicas, lo que arroja un porcentaje del 25 % en el que no se consideró necesario operar ya que los resultados estéticos y funcionales fueron adecuados.

De los pacientes operados, en todos los casos, las indicaciones quirúrgicas fueron exclusivamente por mejoría estética, lo que indica que el resultado funcional adecuado y la microstomía, que es nuestro principal objetivo se evitó en el 100% de los casos.

<% immagine "Fig. 2 a)","gr0000003.jpg","Otro caso mostrando el empleo de la férula
 ",230 %>
<% immagine "Fig. 2 b)","gr0000004.jpg","Aspecto final. Nótese como la abertura bucal eb normal. Este paciente fue tratado solo v únicamente con la férula",230 %>

4. COMENTARIO

Entre las modalidades terapéuticas aceptables para las quemaduras eléctricas de los labios se pregonan tratamientos conservadores que permitan cicatrización de la herida en forma espontánea seguido de reconstrucción tardía. Esto fue inicialmente propuesto debido a las dificultades de establecer la magnitud de la lesión en forma temprana y con el objetivo de preservar todo segmento viable de tejido.

En la vereda opuesta están los que abogan por intervenciones quirúrgicas tempranas, con el criterio de prevenir infecciones, la formación de cicatrices y deformidad anatómica.

En ambos casos los resultados funcionales y estéticos son en general, insuficientes y poco aceptables (fig. 3).

El uso de férulas orales con el objeto de prevenir o minimizar la microstomía secundaria, se presenta como alternativa de mo quirúrgico. dalidad no quirúrgica con resultados que previenen o disminuyen la magnitud de los procedimientos reconstructivos.

<% immagine "Fig. 3 a)","gr0000005.jpg","Secuela de quemadura 'eléctrica. Retracción de la comisura. Paciente tratado por métodos conservadores, sin férula",230 %> <% immagine "Fig. 3 b)","gr0000006.jpg","Resultado después de la revision quirurgica
 ",230 %>

5. CONCLUSIONES

  1. Que el tratamiento con férulas intraorales se ofrece como alternativa al tratamiento
  2. Que las férulas minimizan la retracción y producen resultados aceptables.
  3. No menos importante, provee una excelente oportunidad para el manejo interdisciplinario.

Domicilio del autor:

Paraná 716

Córdoba 5000

R. Argentina


<% riquadro "Palabres clave: Secuelas quemaduras eléctricas de los labios
Microstomía cicatricial.
Código numérico: 20322-2033.
Recibido en Redacción: Marzo 1989.
Aceptado para publicación: Diciembre 1989.
" %>

REFERENCIAS

  1. Hartford, Ch.: aAn Appliance to Prevent and Treat Microstomia from Burns». Trauma 15: 356, 1975.
  2. Thompson, H. G.: «Electrical Burns to the Mouth in Children». Plast. Reconst. Surg., 35: 466, 1965.
  3. De la Plaza, R.; Quetglas, A., y Rodríguez, R.: «Treatment of Electrical Burns of the Mouth». Bums, 10: 49, 1982.
  4. Rodríguez Menés, M.; Rico, A., y Del Pino, V.: «Epidemiología, Prevención y Tratamiento de las Quemaduras Eléctricas Infantiles». Cir. Plast. lber.-Latinoamer 14: 265,1988.

ELECTRICAL BURNS OF THE LIPS
Doctors: L. F. Nahas; A. A. Nahas

SUMMARY

Electrical burns of the lips, although relatively infrequent (they represent 4 to 7% of all burns admissions), carry serious complications, with decreased function and aesthetic changes.

The degree and severety of lesions can be mild, and easily corrected, to severe with multiples sequelae, such as microstomy, dissapearance of the labial sulcus, dental changes, drooling and decreased chewing capacity.All these changes may cause speech difficulties, peor articulation and dental hygiene, as well aspsychological problems.

In general, electrical burns, occurs in children under 5 years old, generally in the first and second year of life.

The authors present different ways of handling these burns. They go from early surgical intervention to conservative treatment with late surgical revisions, in both cases with uncertain results, at best.A total number of 12 patients were treated with a different modality that aims to prevent microstomy and lo minimize or make unnecessary late surgical corrections.

In 1976, Hartford, introduced the use of an coral splint» to prevent contracture and thus the secondary microstomy. It was built attached to an orthodontic device that could be fixed to the teeth. Based in this principle the authors developed the following therapeutic plan: from the day number

one to sixth local wound care with antibiotics cremes; the seventh day an oral splint that was previously made is placed in posilion and is kept during six months period. It can be removed during meals, and obviously, is periodically adjusted as the child grows.

All patients treated with this modality presented favourable results when compared with classical surgical treatments. Of the total number of patienls vine required surgical corrections, but the rest Nave good functional and aesthetic results without any peed for surgical procedures.

All patients who required surgery were to improve their aesthetic appearance; this shows that our main goal to maintain function and prevent microstomy is achieved in 100% of cases.