Cirurgìa Plàstica Ibero-Latinoamericana - Vol 24 - Núm. 4
Julio-Agosto-Septiembre 1998 - Págs. 307-311

COLABORACION DE LA SOCIEDAD CHILENA DE QUEMADURAS

Siniestros graves y quemaduras

Doctores: Artigas Nambrard R.

Trabajo presentado en el Segundo Congreso Ibero-Latinoamericano de Quemaduras. Acapulco. (México) 1997

M. Berrocal Revueltas


RESUMEN

SUMMARY

El autor, en este trabajo, pasa una breve revista a algunos graves siniestros que dieron lugar a un elevado número de quemados, y a las consecuencias inmediatas que de ellos se derivaron.
Analiza como convendria estar preparados para enfrentarse a tales contingencias, en especial en cuanto a organización de los equipos de rescate, transporte y comunicaciones, así como materiales necesarios para cumplir esas delicadas funciones.

The author, in this paper makes a brief review of some of the serious disasters that have cost a high number of burns and the immediate consequences produced by them.
He analyzes how one should be prepared to cope with these accidents, specially with the organization of the rescue teams, transportation and communications, as well as with the necessary equipment to be able to solve these complicated functions.


Palabras clave: Desastres. Quemaduras. Asistencìa immediata.
Código numérico: 1544
Recibido en Redacción: Diciembre 1997
Revisado, Aceptado para publicación: Abril 1998
Key words: Disasters. Burns. Immediate assistance
Numeral code: 1544
Received: Dicember 1997
Accepted after revision: April 1998

 
1. INTRODUCCIÓN

Nuestros países de Latino-América no han estado libres de sufrir periódicamente siniestros graves derivados de causas diversas, naturales o consecutivos a fallos humanos.
En este trabajo hacemos una breve revisión de algunas de estas tragedias y sus consecuencias, así como analizamos las medidas de prevencion y preparacion que en nuestra opinion deberían tomarse para afrontar de la mejor forma posible tan lamentables sucesos.

2. CAUSAS DE CATASTROFES

Son múltiples las causas de esas catástrofes; de acuerdo con Benaim podrían reunirse en tres grandes grupos:

  • NATURALES: Terremotos. Erupciones volcánicas. Inundaciones

  • TECNOLOGICAS: Fallos térmicos. Fallos nucleares

  • ENFRENTAMIENTOS: Guerras. Terrorismo

Cada una de ellas tiene características propias y en algunos casos hasta momento de producción previsible, como sucede con las guerras.

3. ACONTECIMIENTOS

Para una mejor visión del tema podemos revisar muy brevemente algunos de los grandes siniestros ocurridos en nuestros países:

  1. En Santiago de Chile el 8 de Diciembre de 1863 se produjo el incendio del Templo de la Compañía de jesús, en unos momentos en que se celebraba la Festividad de la Virgen María y el templo estaba totalmente ocupado. Fallecieron 2.000 personas (Tocornal 1864) (1). Según Benjarnín Vicuña Mackenna (1971) (2) escribe en su libro, Incendio del Templo de la Compañía de jesús, «a las 24 horas los hospitales estaban vacíos». Esto demuestra la poca preparación para la asistencia urgente de heridos en masa.
    Consecuencia de ello fue la creación del «Cuerpo de Bomberos».

  2. De nuevo en Chile, en Valparaiso, la noche del 31 de Diciembre del año 1952, al 1 de Enero del 53, celebrando el año nuevo con fuegos artificiales uno de los artefactos cayó en el patio de una barraca provocando un incendio que se propagó alcanzando un depósito de explosivos que estalló y provocó la muerte inmediata de cien personas mas 350 quemados (Cerdá 1954) (3). Como consecuencia se dictaron normas estrictas para el uso de fuegos artificiales.

  3. En Brasil, el incendio del Circo Norteamericano, en Niteroi, en 1961 produjo 2.000 accidentados con 500 fallecidos.
    Por la ubicación de Niteroi se hizo dificil el traslado de los heridos a Río de Janeiro agravando las consecuencias de la tragedia. Es posible que ello, motivara la construcción del actual puente que une Niteroi con Rio.

  4. Otra vez en Santiago de Chile el 6 de Mayo de 1963, el equipo completo de cirujanos, ayudantes y anestesistas se aprestaba, en un hospital, a comenzar la jornada en el quirófano cuando al iniciar la anes~ tesia de un paciente se produjo la violenta explosión de un balón de ciclopropano que a su vez provocó la de otro que estaba en la segunda máquina de anestesia. Resultado: dos cirujanos, dos pacientes y dos anestesiólogos fallecidos. Otros dos cirujanos y doce auxiliares gravemente quemados (Artigas 1963) (4). Como consecuencia de este accidente se suprimió en Chile el empleo del ciclopropano como agente anestésico y se modificaron las instalaciones eléctricas de todos los quirófanos del país.

  5. En Maracaibo, Venezuela, el 16 de Marzo de 1969, un avión cayó en una zona densamente poblada resultando 16 heridos graves que tuvieron que ser atendidos de urgencia en los hospitales (Soto-Matos 1972)(5).

  6. En España, en «Los Alfaques», en plena temporada turistica, el 16 de julio de 1977 a las 14 horas, un camión cargado con 43.000 litros de propano líquido choca contra un muro de contención y se incendia explotando a continuación. Parte del tanque cayó a 350 metros del accidente y la temperatura ambiente alcanzó hasta 2.000 grados Celsius. Fallecieron 130 personas y otros tantos resultaron con quemaduras y fueron asistidos en diversos hospitales (Arthurson 1980) (6).

  7. En Octubre de 1977, y otra vez en Santiago de Chile, en Colina, el incendio de un Hogar de Niños causó 31 victimas mortales.

4. REACCIONES

Como primera reacción de las personas presentes en la zona accidentada está el PÁNICO que produce vivir el accidente. Habitualmente se produce un pánico más o menos generalizado, según la magnitud del siniestro.
De otro lado está la innata curiosidad de la población no asistente que en su deseo de ayudar entorpecen la labor.
Se han señalado tres grados con respecto al pánico:

  • Pánico completo o total. Se produce en ocasiones de grandes catástrofes, tales como terremotos, grandes explosiones,etc. La mayoría de las veces conlleva un olvido total de lo ocurrido, una vez pasado el panico, y ni siquiera recuerdan la actitud que ellos asumieron.
  • Pánico regular. Ocurre en accidentes de mediana intensidad, de modo que las personas que lo sufren no atinan a colaborar y se comportan como autómatas hasta que poco a poco se recuperan. En estos casos es necesario proteger a la población en forma parcial y temporal.
  • Pánico leve. Aun sintiendo miedo de lo que puede pasar se despierta en ellos un sentido de solidaridad que facilita la ayuda externa.
5. ASISTENCIA

Para coordinar la asistencia, es necesario conocer en la medida de lo posible, la verdadera magnitud del desastre.
De acuerdo con lo expresado por varios autores, entre ellos Mirabet (1979) (7) y Benaim (1993) (8) pueden sugerirse tres niveles de programas: Entre 5 y 9 pacientes, nivel 1. Entre 10 y 20, nivel 2. Mas de 20, nivel 3.
Estas cifras previas servirán para indicar el des~ tino de los pacientes desde el sitio del accidente a su lugar de tratamiento completo, en lo posible. Si esto último es necesario, se tendrán ubicados los centros mas próximos a la catástrofe y su capacidad.
En tales desastres la asistencia debe estar planificada para ser efectiva, de acuerdo con lo expresado por Benaim (1993),deben considerarse dos etapas bien diferenciadas:

Etapa pre-hospitalaria
En ella conviene separar dos aspectos diferentes:

  1. Auxilio en el mismo lugar del accidente. Casi siempre es minimo dependiendo de la cantidad de accidentados y calidad del personal en actividad.

  2. Atención durante el transporte. Debe realizarse la evacuación lo mas rápida y ordenada posible a centros de tratamiento especializado estando acompañados los pacientes por personal idóneo. Como medios de transporte han de utilizarse los disponibles (Quetglas 1985 [9] - Ortiz 1985 [10]).

Básicamente en tales circunstancias la asistencia en el lugar del accidente se limitará a la recogida de los heridos apartándolos del lugar del accidente, clasificándolos según su gravedad y evacuándolos a los centros hospitalarios. Raramente pueden establecerse tratamientos como no sean de reanimación para soportar la evacuación, o que sean casos muy leves que se resuelven con tratamientos locales.
Es conveniente estar continuamente comunicados con los diferentes centros hospitalarios para conocer sus disponibilidades, tanto en número de camas como en servicios y personal, para evitar demoras perjudiciales.

Etapa hospitalaria. Cada paciente ingresará en el hospital donde mejor pueda ser atendido y en el Servicio de Urgencia correspondiente para evaluar su gravedad, posibilidad de supervivencia y establecimiento de un tratamiento para mantener sus constantes vitales mientras se le diagnostica adecuadamente para su tratamiento idóneo. Es importante no olvidar sus datos de identificación.
Para que esta asistencia tenga los resultados deseados es necesario que la Administración disponga de toda una serie de recursos que están a disposición de los organismos correspondientes.
Tales recursos pueden ser clasificados en:

  1. Disponibilidad de personal y materiales. Personas: Tenerlas localizadas para ser llamadas en cualquier momento. Que conozcan las misiones a cumplir y las Jerarquias de mando. Materiales: Disponer de depósitos de los materiales utilizables, tales como material de cura, camillas, etc.

  2. Disponibilidad de medios de transporte. Ambulancias, helicópteros, aviones, etc. No descartar el empleo de camiones o autobuses. Tener conocimiento de como llamarlos y disponer de medios de comunicación a través de una central que permita la rápida comunicación y orientación sobre como facilitar el desplazamiento, rutas alternativas, etc;

  3. Disponibilidad de conocer la capacidad hospitalaria de cada uno de los centros proximo al lugar del accidente y centros especializados mas próximos. Conocer cantidad y calidad de las camas disponibles, tanto para adultos, como mujeres y niños. Conocimiento de los nombres y lugar de ubicación de los hospitales, su capacidad y nivel de operabilidad, así como medios de comunicacion, especialización de su personal y equipos, cantidad y calidad de sus recursos habituales y extraordinarios posibles.

6. RECOMENDACIONES

La experiencia adquirida en los desastres señalados y otros no referidos nos hace proponer una serie de recomendaciones que facilitan la asistencia a los accidentados.

A) Recomendaciones preparatorias
En cuanto al personal es necesario enseñarle cuál será su labor. Establecer una jerarquización de mando y distribución de funciones para cada grupo, asi como una coordinación entre ellos con el fin de aprovechar al máximo sus esfuerzos. Se hace necesario igualmente un entrenamiento adecuado por medio de ensayos periódicos.
Los equipos de emergencia deben tener una preparación y formación multidisciplinaria dada la complejidad de sus funciones, pero es primordial que tengan un mando único para evitar órdenes contrapuestas que no pueden ser cumplidas y reproducen el caos entre el personal.
A modo de ejemplo podemos enumerar la asignación de las siguientes funciones:

  • Médicos y personal sanitario: su labor es sobradamente conocida y está bien establecida.

  • Fuerzas del orden y fuerzas armadas: especialmente su trabajo reside en mantener el orden público, controlar el pánico, mantener expeditas las vias de comunicación y cuidar de los efectos personales.

  • Cruz Roja: colaborador muy importante del cuerpo médico. Su principal labor puede estar en la evacuación de los pacientes, y ayuda a los heridos susceptibles de tratamiento ambulatorio, pero además tendrá a su cargo la eficaz labor de información al público.

  • Bomberos: su labor es de un enorme valor no sólo en controlar los incendios sino también en el rescate de heridos.

  • Defensa Civil: se trata por lo general de personal apto para múltiples funciones y por ende colaborador eficaz de los diversos estamentos.

  • Voluntariado: habitualmente son estudiantes universitarios que pueden colaborar con defensa civil. Sería ideal que previamente hayan sido reclutados y enseñados convenientemente.

  • Periodistas: su misión es informar. No siempre lo hacen de un modo cabal y en ocasiones les interesa más el aspecto impactactante de la noticia que una información detallada y veraz. Casi siempre por su número producen congestión y dificultan la labor de rescate y recuperación.

Por lo que respecta a los equipos de material deben establecerse depósitos del material necesario que estará debidamente inventariado y embalado convenientemente para su fácil transporte. Disponer de medios de señalización bien visibles y adecuados. Los productos perecederos estarán debidamente señalados y renovados periódicamente. Disponer de aparatos de iluminación autóctona y aparatos portátiles de radio o teléfono para asegurar una buena comunicación. Igualmente existirán depósitos de ropas adecuadas para cada circunstancia (nieve, lluvia.etc) que sean preferentemente color amarillo para ser visibles fácilmente.

B) Otras
Dado que estas tragedias producen situaciones en cadena que dificultan las expectativas de salvamento es necesario tener en cuenta ciertas recomendaciones para hacerles frente.
Así tenemos el problema del pánico. Muy dificil de controlar. Solamente las fuerzas del orden, policía, fuerzas armadas, etc., pueden ejercer esta labor, por lo cual es necesario contar con su ayuda.
Otro problema es el de la curiosidad de las gentes que agrava el problema del pánico y puede dar lugar a otro sobreañadido, en ocasiones muy grave, que es la congestión de las vías de comunicación. Será labor también de las fuerzas del orden, policías, fuerzas armadas, etc. su control.
Algo que a veces se olvida a pesar de su importancia es la información. Se hace dificil establecer una información inmediata pero debe procurarse crear centros de información para que acudan a ellos las personas interesadas, procurando que esa información sea lo más rápida y completa posible.
Siempre, desgraciadamente surge un problema que es el de evitar robos. Los amigos de lo ajeno aprovechan estas situaciones y se hace precisa la existencia de una vigilancia exhaustiva por parte de las organizaciones correspondientes.
Apoyo psiquiátrico. Es absolutamente indispensable, después de ocurrido alguno de estos siniestros, contar con un equipo de psiquiatras entrenados en estos problemas que se encarguen de la asistencia a los afectados.
Pasará bastante tiempo antes de que las personas que han sufrido daños menores e incluso hayan resultado indemnes, olviden las consecuencias de este impacto emocional que puede manifestarse en forma de ansiedad o temor de diversa magnitud, insomnio persistente, trastornos de la personalidad o depresión que puede ser muy intensa si además de las pérdidas económicas han sufrido en lo familiar; y un sin fin de manifestaciones psíquicas que necesitan de un fuerte apoyo de los especialistas.


BIBLIOGRAFIA

  1. Tocornal F. J.: Relación médica de lo sucedido en el Templo de la Compañía. Anales U. de Chile, 1864; 556-559.
  2. Vicuña Mackenna B.: Incendio del Templo de la Compañía de Jesús. Segunda edición. Editorial Francisco de Aguirre. Santiago, 1971.
  3. Cerdá M., Luchini A.: Quernaduras. Rev. Méd. Valparaiso, 1954; 7 (17):44-65.
  4. Artigas Nambrard R.: Experiencia vivida en un gran accidente Mayo 1963.
  5. Soto Matos R.: Experiencia de una tragedia aérea. Rev. Latinoameilc. Cir. Plást., 1972; 45-56.
  6. Arthurson G., Blomberg R.: El desastre de "Los Alfaques". Cir. Plást. Iberlatinamer., 1980; 6 (2):163-184.
  7. Mirabet Ippolito V.; Quemaduras - Manual práctico. Editorial Quiles-Artes gráficas. Valencia (España) 1979.
  8. Benalm F.: Tratado de Quemaduras. Planificación en casos de catástrofes masivas. Editorial Interamericana, México 1993.
  9. Quetglas Marimón A., Ortíz García P.: Apuntes para el transporte de los quemados. Cir. Plást. Iberlatinamer., 1985; 11(3):233-248.
  10. Ortiz García P. J., Ranger Velasco C.: Evacuaciones sanitarias de quemados graves. Estudio retrospectivo nacional, Cir. Plást. Iberlatinamer., 1985; 11 (3):251-258.

Domicilio el autor:
Casilla 101-22
Santiago de Chile