Cirurgìa Plàstica Ibero-Latinoamericana - Vol 24 - Núm. 4
Octubre-Noviembre-Diciembre 1998 - Págs. 425-435

Aplicacion del análisis de coste-utilidad al tratamiento de los pacientes quemados, en una unidad especializada

Doctores: Pardo Mateu L.*, Alfonso Sánchez J.L.**

* Cirujano Plástico. Ex Residente del Servicio de Cirugía Plástica del Hospital General de Alicante (España)
** Profesor Titular de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Valencia (España).


RESUMEN

SUMMARY

Entre los distintos tipos de estudios de economía de salud, el análisis coste-utilidad centra la atención en la calidad del resultado de salud lograda, expresando los resultados en coste por años de vida ajustados por calidad de vida.
En este estudio se plantea la aplicación del análisis coste-utilidad al tratamiento de los pacientes quemados atendidos en una Unidad de Quemados durante dos años.
El empleo de dicho análisis mejora la explicación de los costes en las diferentes alternativas del tratamiento. Así, las alternativas más caras, considerando únicamente los costes por paciente fueron más económicas al estimar años de vida ajustados por calidad de vida, es decir, valor de salud aportado por la Unidad. Igualmente nos proporciona información del valor añadido, medido en términos de salud, aportada como "producto final" por un servicio sanitario, a lo social.

The cost-utility analysis is one of the different health studies for economical purposes and shows the quality of the health result obtained. Results are expressed in cost per quality adjusted life year.
This paper introduces the application of the cost-utility analysis in the treatment of patients in a Burned Unit in two years period.
The use of cost-utility analysis greatly facilitates how to explain the cost of different alternatives treatments. So, the most expensive alternatives, considering the patients as measurement units, became more beneficial after considering quality adjusted life year, that is, the health value provided by the unit. Furthermore, it gives information about the added value, measured in terms of health, provided by a social health service as the final product.


Palabras clave: Centro de Quernados. Costes. Nivel de saltiel
Código numèrico: 154001
Recibido en Redacción: Diciiembre 1997
Revisado, Aceptado para publicación: Marzo 1998
Key words: Burn Centre, Cost, Level of health.
Numeral code: 154001
Received:
Decernher 1997
Accepted after revision:
March 1998

 
1. INTRODUCCIÓN

Actualmente asistimos a un interés creciente por la situación económica de la sanidad pública. A menudo se plantea la cuestión de cómo satisfacer una demanda asistencial creciente en cantidad y calidad, con unos recursos que, siendo por definición limitados, estan sufriendo los efectos de la crisis económica. La única solución es la utilización óptima de los recursos disponibles mediante adecuada prevención, planificación y gestión.
En el campo de la evaluación sanitaria, los más importantes tipos de estudios de Economía de Salud, son: El análisis de coste-efectividad (ACE). El análisis de coste utilidad (ACU). El análisis de coste-beneficio (ACB). El análisis de coste-efectividad puede realizarse cuando todos los conceptos incluidos en la evaluación no se hallan en términos económicos (por ejemplo número de vidas salvadas o muertes evitadas). El análisis de coste-utilidad, que será del que nos ocuparemos con más detalle, centra la atención en la calidad del resultado de salud lograda. Por último el análisis de coste-beneficio pretende descubrir si los beneficios de un proyecto superan sus costes reales.
Las diferencias entre los dos primeros estriban en la medida de la mejoría de salud y en la forma de expresar los resultados. Respecto a la medida de la mejoría de salud, en el ACE se efectúa mediante casos de enfermedad evitados, vidas salvadas o años de vida ganados. En el ACU se expresa mediante AVACs ganados. El AVAC es un término acuñado por Klarman en 1968 (1) y significa años de vida ajustados a calidad de vida. Está basado en un grupo de valores denominados utilidades, uno para cada estado de salud, que refleja la apetencia por dicho estado de salud. El AVAC es un índice que tiene en cuenta tanto la calidad de vida como la supervivencia. En cuanto a los resultados en el ACE se expresan como coste por efecto, y en el ACU se expresan como coste por AVAC.
En el análisis de coste-utilidad, la determinación de los valores de utilidad puede hacerse bien por un criterio personal, bien a partir de los valores obtenidos de una muestra de sujetos, o bien a partir de valores publicados en la literatura, como en el estudio que presentamos. Hemos utilizado la encuesta de salud elaborada por Sackett en 1978 (2), que es útil para clasificar los estados de salud de niños y adultos en una amplia gama de procesos.
Entre las razones que justifican este estudio hemos de considerar que los pacientes quemados han estado olvidados durante mucho tiempo, por su elevada mortalidad y por las graves deformidades que presentaban los supevivientes. Actualmente aunque ha aumentado su supervivencia y muchas secuelas pueden corregirse, las complicaciones, su morbilidad y mortalidad siguen siendo elevadas. Por otro lado, los Centros de Quemados se ven sometidos a presiones crecientes para mejorar su utilización en un entorno de restricción presupuestaria (Rees, 1990 131).
Los objetivos que nos hemos trazado al emprender este estudio han sido:

  1. Conocer los valores de utilidad ganados como consecuencia de la actividad de una Unidad de Quemados.
  2. Valorar los factores condicionantes del resultado del nivel de salud obtenido, medido en unidades de utilidad.
  3. Aproximar la determinación de los costes por AVAC obtenidos en cada una de las opciones de tratamiento del quemado.
2. MATERIAL Y METODO

2.1. Recogida del material

Los datos se recogieron a partir de las historias clínicas de los pacientes que ingresaron en la Unidad de Quemados de Alicante durante los años 1990 y 1991, alcanzando un total de 265.
La población de la provincia de Alicante en el año 1990 era de 1.217.179 habitantes, y en 1991 de 1.218.233. El número de estancias hospitalarias fue de 2.556 en 1990, y de 2.803 en 1991, siendo la estancia media de 20,22 días, con una variación de 0 y 125.

2.2. Diseño del estudio

Durante las primeras 48 del ingreso del paciente se cumplimentó la encuesta de salud (encuesta de salud al ingreso). Las diferentes variables a estudiar se analizaron durante su estancia en el Centro y un año después del alta hospitalaria, cuando el paciente se encuentra ya en un estadío de rehabilitación avanzado, si no se ha reintegrado aún a su actividad cotidiana, se volvió a cumplimentar la encuesta (encuesta de salud al alta).

2.3. Variables y su codificación

Hemos recogido un total de 31 variables de interés clínico y epidemiológico, aunque aquí sólo vamos a reflejar aquellas que han sido significativas. A éstas debemos añadir, después de cumplimentar la encuesta de salud, otras tres variables cuantitativas que son, utilidad al ingreso, utilidad al alta y diferencia de utilidades o utilidades ganadas.

2.4. Prototipo de encuesta

La encuesta de salud empleada fue la descrita por Torrance (Tabla I), en ella se analizan cuatro aspectos: Función física; función de la vida cotidiana; función socio-emocional; problemas de salud.

X1 Función fisica:

P1 Ser capaz de deambular por los alrededores de la casa, patio, vecindad, sin ayuda de otra persona; y no tener limitaciones físicas en la capacidad de levantarse, pasear, correr, saltar o agacharse.
P2 Ser capaz de deambular por los alrededores de la casa, patio o vecindad sin ayuda de otra persona; y tener alguna limitación física para levantarse, pasear, correr, saltar o agacharse.
P3 Ser capaz de deambular por los alrededores de la casa, patio o vecindad, sin ayuda de otra persona; y necesitar ayuda mecánica para caminar o deambular.
P4 Necesitar ayuda de otra persona para deambular por los alrededores de la casa, patio o vecindad; y tener alguna limitación física para levantarse, pasear, correr, saltar o agacharse.
P5 Necesitar ayuda de otra persona para deambular por los alrededores de la casa, patio o vecindad; y necesitar ayuda mecánica para caminar o deambular.
P6 Necesitar ayuda de otra persona para deambular por los alrededores de la casa, patio o vecindad; y ser incapaz de utilizar o controlar los brazos y las piernas.

X2 Función de la vida cotidiana:

Rl Ser capaz de comer, vestirse, bañarse e ir al lavabo sin ayuda; y no tener limitaciones para jugar, ir al colegio, trabajar o desempeñar otras actividades,
R2 Ser capaz de comer, vestirse, bañarse e ir al lavabo sin ayuda; y tener algunas limitaciones para jugar, ir al colegio, trabajar o desempeñar otras actividades.
R3 Ser capaz de comer, vestirse, bañarse e ir al lavabo sin ayuda; y no ser capaz de jugar, ir al colegio o trabajar.
R4 Necesitar ayuda para comer, vestirse, bañarse e ir al lavabo; y tener algunas limitaciones para jugar, ir al colegio, trabajar o desempeñar otras actividades.
R5 Necesitar ayuda para comer, vestirse, bañarse e ir al lavabo; y no ser capaz de jugar, ir al colegio o trabajar.

X3 Función socio-emocional:

Sl Estar feliz y relajado la mayoría o todo el tiempo, y tener cierto número de amigos y contacto con otras personas.
S2 Estar feliz y relajado la mayoría o todo el tiempo, y tener muy pocos amigos, así como escaso contacto con otras personas.
S3 Estar nervioso o deprimido algunas veces o buena parte del tiempo, y tener cierto número de amigos, así como contacto con otras personas.
S4 Estar nervioso o deprimido algunas veces o buena parte del tiempo, y tener muy pocos amigos, así como escaso contacto con otras personas.

X4 Problemas de salud:

Hl No tener problemas de salud.
H2 Tener una deformidad física o desfiguración mínima, tales como cicatrices en la cara.
H3 Necesitar ayuda para oír.
H4 Tener un problema de salud que produzca dolor o malestar durante unos pocos días en brotes cada dos meses.
H5 Necesitar una escuela especial por problemas de aprendizaje o memoria.
H6 Tener problemas de visión, incluso con gafas correctoras.
H7 Tener problemas para hacerse comprender por los otros.
H8 Estar ciego o sordo, o no ser capaz de hablar.

Tabla 1 - Table I
Clasificación de los estados de salud

Dentro de cada uno de estos aspectos existen distintos subniveles, de manera que se selecciona en cada momento aquel que mejor representa la funcionalidad del individuo en esa situación.
La utilidad del estado de salud se calcula aplicando la fórmula siguiente:

U = 1,42 (m1 m2 m3 m4) - 0,42

Donde, U corresponde a utilidad del estado de salud. Mi es factor multiplicador de utilidad para el nivel del atributo 1, en la Tabla II, y así sucesivamente. La salud es 1 y el fallecimiento es 0. Algunos de los estados de salud considerados peores que el fallecimiento, tienen valores de utilidad inferiores a 0.

Función fisica Función cotidiana Función socio-emocional Problemas de salud

Nivel

Factor
multiplicador
de utilidad
m1

Nivel

Factor
multiplicador
de utilidad
m2

Nivel

Factor
multiplicador
de utilidad
m3

Nivel

Factor
multiplicador
de utilidad
m4

Pl

1,00

Rl

1,00

S1

1,00

HI

1,00

P2

0,91

R2

0,94

S2

0,96

H2

0,92

P3

0,81

R3

0,77

S3

0,86

H3

0,91

P4

0,80

R4

0,75

S4

0,77

H4

0,91

P5

0,61

R5

0,50

    H5

0,86

P6

052

        H6

0,84

            H7

0,83

            HS

0,74

Tabla II - Table II
Factores multiplicadores de la utilidad

2.5. Descripción de costes

Se pudieron recoger únicamente los costes directos, es decir, los de personal sanitario, farmacia y almacén. En este capítulo de costes, no se pudieron incluir los costes indirectos, es decir, administración y dirección, mantenimiento genetal, etc. El coste total estimado en la Unidad para el año 1990 fue de 62.682.351 pesetas, y de 68.774.079 pesetas para 1991.

2.6. Métodos

Los métodos de estadística descriptiva utilizados fueron: la media, la varianza y la desviación estándar. Dentro de la estadística analítica realizamos un análisis de la varianza (Anova).

3. RESULTADOS

La tasa de incidencia de quemaduras fue de 0,080-0,081 por 10 habitantes, siendo la tasa de mortalidad del 0,33 por 100.000 habitantes año.
En la Tabla III recogemos la utilidad al ingreso en relación con otras variasbles. Fueron significativos los valores obtenidos para agente; profundidad; secuelas; mes de ingreso; tratamiento quirúrgico.

Variable   N

Media por
paciente

ANOVA
p

Edad 0-5 años

50

0,229

00,7

6-14 años

32

0,325

15-40 años

91

0,370

41-59 años

58

0,222

< / = 60 años

34

0,200

Estado civil No casado

159

0,200

0,93

Casado

106

0,250

Agente Escaldadura

90

0,220

0,00
**

Fuego

152

0,200

Electricidad

7

0,060

Contacto

8

0,570

Química

8

0,530

Extensión 0-10%

172

0,440

0,65

11-20%

62

0,237

21-40%

18

0,135

41-70%

9

0,178

> 71%

4

0,121

Profundidad 1° grado

8

0,656

0,00
**

2° superficial

79

0,373

2° profundo

111

0,179

3° grado

67

0,074

Cabeza Si

140

0,266

0,42

No

125

0,179

E. inferior Si

103

0,124

0,09

No

162

0,289

Estancia < 1 semana

109

0,305

0,23

> / = 1 - < 2 semanas

67

0,222

>/= 2semanas-< 1 mes

40

0,186

* / = 1 < 2 meses

33

0,223

* 2 meses

16

0,210

Secuelas No

139

0,357

0,00
**

C. hipertróficas

109

0,129

C. retráctil

7

0,204

Amputación

1

-0,20

Alopecia

1

-0,08

Varios

3

-0,127

Presoterapia Si

125

0.016

0,58

No

140

0,355

Mes ingreso Enero/Febrero

49

0,232

0,03
*

Marzo/Abril

36

0,348

Mayo/Junio

42

0,132

Julio/Agosto

50

0,211

Septiembre/Octubre

43

0,138

Noviembre/Diciembre

45

0,302

Fluidoterapia Si

152

0,109

0,08

No

113

0,380

 
Tratamiento quirúrgico No

189

0,269

0,00
**

Desbridamiento precoz

19

0,031

Injertos

57

0,079

Nota: Al valorar las secuelas, se han excluido 5 casos de exitus.
Diferencias significativas: * p < / = 0,05   ** p < / = 0,01.

Tabla III - Table III
Utilidad al ingreso en relación con otras variables

En la Tabla IV se expone la utilidad al alta en relación con otras variables siendo significativa la asociación con estado civil; profundidad; cabeza; secuelas; tratamiento quirúrgico; fluidoterapia.

Variable   N

Media por
paciente

ANOVA
p

Edad 0-5 años

50

0,913

0,06

6-14 años

32

0,645

15-40 años

91

0,953

41-59 años

58

0,834

< / = 60 años

34

0,886

Estado civil No casado

159

0,850

0,02
*

Casado

106

0,880

Agente Escaldadura

90

0,900

0,37

Fuego

152

0,840

Electricidad

7

0,790

Contacto

8

0,840

Química

8

0,810

Extensión 0-10%

172

0,910

0,34

11-20%

62

0,748

21-40%

18

0,937

41-70%

9

0,909

> 71%

4

0,930

Profundidad 1° grado

8

0,841

0,00
**

2° superficial

79

0,951

2° profundo

111

0,868

3° grado

67

0,728

Cabeza Si

140

0,889

0,01
**

No

125

0,825

E. inferior Si

103

0,822

0,10

No

162

0,881

Estancia < 1 semana

109

0,910

0,12

> / = 1 - < 2 semanas

67

0,748

> / = 2 semanas - < 1 mes

40

0,937

> / = 1 < 2 meses

33

0,509

> 2 meses

16

0,930

Secuelas No

139

0,925

0,00
**

C. hipertróficas

109

0,839

C. retráctil

7

0,794

Amputacion

1

0,230

Alopecia

1

0,890

Varios

3

0,557

Presoterapia Si

125

0,844

0,58

No

140

0,910

Mes ingreso Enero/Febrero

49

0,907

0,09

Marzo/Abril

36

0,834

Mayo/Junio

42

0,820

Julio/Agosto

50

0,798

Septiembre/Octubre

43

0,917

Noviembre/Diciembre

45

0,876

Fluidoterapia Si

152

0,818

0,01
**

No

113

0,912

Tratamiento quirúrgico No

189

01893

0,00
**

Desbridamiento precoz

19

0,750

Injertos

57

0,736

Nota: Al valorar las secuelas, se han excluido 5 casos de exitus.
Diferencias significativas: * p < / = 0,05. ** p < / = 0,01.

Tabla IV - Table IV
Utilidad al alta en relación con otras variables

En la Tabla V mostramos las utilidades ganadas por diferentes variables siendo significativos los valores obtenidos para edad; agente; extensión; profundidad; extremidad inferior; estancia; secuelas; presoterapia; mes de ingreso; fluidoterapia.

Variable   N

Media por
paciente

ANOVA
p

Edad 0-5 años

50

34,24

0,04
*

6-14 años

32

19,36

15-40 años

91

53,10

41-59 años

58

35,53
< / = 60 años

34

23,33

Estado civil No casado

159

104,52

0,53

Casado

106

61,04

Agente Escaldadura

90

59,49

0,00
**

Fuego

152

96,59

Electricidad

7

5,16

Contacto

8

2,14

Química

8

2,23

Extension 0-10%

172

96,05

0,00
**

  11-20%

62

47,26

  21-40%

18

13,91

  41-70%

9

7,29

  > 71%

4

1,05

Profundidad 1° grado

8

1,55

0,00
**

2° superficial

79

45,77

2° profundo

111

76,78

3° grado

67

41,46

Cabeza Si

140

53,91

0,65

No

125

45,98

E. inferior Si

103

70,93

0,01
**

No

162

94,63

Estancia < 1 semana

109

66,05

0,01
**

> / = 1 - < 2 semanas

67

35,29

>/= 2 semanas-< 1 mes

40

30,04

> / = 1 < 2 meses

33

22,65

> 2 meses

16

11,53

Secuelas No

139

75,88

0,00
**

C. hipertróficas

109

81,89

C. retráctil

7

4,42

Amputación

1

0,35

Alopecia

1

0,97

Varios

3

2,05

Presoterapia Si

125

91,60

0,00
**

No

140

73,96

Mes ingreso Enero/Febrero

49

28,24

0,00
**

Marzo/Abril

36

16,72

Mayo/Junio

42

28,27

Julio/Agosto

50

36,80

Septiembre/Octubre

43

29,23

Noviembre/Diciembre

45

26,27

Fluidoterapia Si

152

111,38

0,00
**

No

113

54,18

Tratamiento quirúrgico No

189

117,92

0,55

Desbridamiento precoz

19

13,66

Injertos

57

37,47

Nota: Al valorar las secuelas, se han excluido 5 casos de exitus.
Diferencias significativas: * p < / = 0,05 ** p < / = 0,01

Tabla V - Table V
Utilidades ganadas por cada variable

El valor total de unidades de utilidad ganadas fue de 165,56, siendo el valor promedio, por cada paciente, de 0,62. El coste medio por unidad de utilidad fue de 397.007,17 pesetas, y el coste medio por estancia, de 24.529 pesetas.
En la figura 1 se pone de manifiesto un algorritmo donde se recogen todas las opciones terapéuticas que se le presentan al paciente quemado cuando acude de urgencia al Centro de Quemados, así como el número de AVACs obtenido en cada una de estas opciones. De acuerdo con este árbol de decisiones, los pacientes que por sus condiciones clínicas no precisen ingreso hospitalario son remitidos para tratamiento local a las consultas externas de cirugía plástica, o al ambulatorio o centro de salud que les corresponda, lo cual ocurrió en el 91,8% de casos respecto al total de urgencias atendidas.
Por el contrario, un 8% de este total (265 casos) requirieron ingreso hospitalario, bien para tratamiento general más local (54%) o sólo para tratamiento local (36%).

Figura 1.  Algoritmo de tratamiento del paciente quemado según el protocolo clínico de la unidad de quemados. Datos absolutos y rela tivos de los pacientes y número de AVAC's obtenidos.

Figura 1.   Algoritmo de tratamiento del paciente quemado según el protocolo clínico de la unidad de quemados. Datos absolutos y rela tivos de los pacientes y número de AVAC's obtenidos.

Figure 1. Algoritm of the burn patient treatment accoding to the burned unit protocol. Absolute and relatives data and number of AVA'S.

Tal como mostramos en la figura. 2, el número de AVACs ganados, por paciente, fue mayor en los casos de ingreso urgente que en los ingresos diferidos; mayor también cuando se empleo tratamiento general más local, que cuando se requirió sólo tratamiento local; mayor, igualmente cuando se realizó tratamiento quirúrgico frente a no quirurgico, y finalmente, mayor cuando se practicó desbridamiento precoz más injertos. Respecto a los costes por paciente y opción terapéutica, obtenidos de acuerdo con el número de estancias, fueron mayores en los casos de ingreso urgente, que cuando los ingresos fueron diferidos; mayores cuando se realizó tratamiento general más local, que cuando sólo se utilizó tratamiento local, y mayores también en los casos de tratamiento no quirurgico. Los costes por AVAC fueron superiores en los casos de ingreso urgente,tratamiento local; tratamiento no quirúrgico; injertos sin desbridamiento precoz.

Figura 2. Distribución de los costes totales, costes por AVAC, número de AVAC's por paciente, y coste por paciente, según los puntos de decisión del algoritmo de tratamiento del paciente quemado.

Figura 2. Distribución de los costes totales, costes por AVAC, número de AVAC's por paciente, y coste por paciente, según los puntos de decisión del algoritmo de tratamiento del paciente quemado.

Figure 2. Distribution of total costs for AVAC, number of AVAC'S for patient and cost for patient according to the treatment of the burned patient.

4. DISCUSION

El enfoque que mejor se ajusta a la medida del resultado final (mejora de salud) de una intervención sanitaria, es la medida de la calidad de vida obtenida por un paciente tras dicha intervención. Aunque no existen instrumentos que resuelvan el problema completamente, se ha avanzado hasta fórmulas parcialmente satisfactorias basadas en la medida de la utilidad.
El AVAC es una función de los años de vida esperados (o expectativa de vida) ponderados por la calidad de vida teniendo también en cuenta los costos asociados al tratamiento.
El AVAC como medida del rendimiento sanitario ha supuesto la aparición de un instrumento para los epidemiólogos, responsables de servicos médico, y gestores, al proveerlos de un algoritmo cuantitativo (aunque incompleto) para evaluar los beneficios que se pueden obtener aplicando tratamientos alternativos, además de ayudar a determinar aquellas decisiones y juicios de mayor importancia. Aún así la media del AVAC ha sido objeto de crítica. Uno de los motivos es su tendencia a no tener en cuenta las preferencias del consumidor, y por lo tanto suele conducir a la elección de opciones que a veces no son las preferidas del público.
Por otro lado, tradicionalmente en nuestros hospitales la gestión económica ha sido escasa, limitándose en la mayor parte de los casos a ir cargando producidos, vengan de donde vengan, y en muy pocas ocasiones se ha averiguado el gasto corriente de cada una de sus unidades, ni de la actividad realizada. Este ha sido uno de los principales obstáculos con que nos hemos encontrado para realizar este estudio. Igualmente esta forma de ejecución presupuestaria ha hecho que la mayor parte de los que trabajan en este tipo de centros, se olviden, o por lo menos no tengan en cuenta con la asiduidad que sería aconsejable, que cada una de nuestras decisiones tiene un coste. De lo que se trata es que ese coste sea el mínimo adecuado para obtener el resultado deseado, y así poder utilizar progresivamente mejor, los recursos económicos de que disponemos.
En cuanto al problema de salud que nos ocupa, en todos los países se observa que la preocupación por las quemaduras va en aumento, tanto desde el punto de vista de su mortalidad y secuelas como en lo concerniente a los problemas económicos que conllevan. La magnitud del problema de las quemaduras se refleja en numerosos estudios epidemiológicos (Ryan, 1998) (4).
Ya hemos indicado que los Centros de Quemados se ven sometidos a presiones crecientes para mejorar su utilización a causa del presupuesto cada vez menor, para los hospitales. Proporcionar cuidados de calidad a pacientes quemados requiere un gasto considerable en personal, espacio y otros recursos (Keswani, 1996 [51 - Parente, 1997 [61). No debemos olvi~ dar que la utilización de estos recursos es fluctuante. En los últimos años se ha acentuado esta situación por una estabilización en el número de ingresos de quemados y un descenso en el número de días de estancia (Johnson, 1988 171). Wheeler (1983) (8) estudiaron la influencia que la gravedad de las quemaduras tenía en el coste de la atención sanitaria. Los gastos por paciente podían ser hasta ocho veces superiores en un Centro de Quemados que en un Hospital General. Hay que señalar, sin embargo, que los pacientes quemados tienen generalmente una gravedad mucho mayor que los asistidos en hospitales generales. Deben considerarse además otros factores, tales como la extensión y profundidad de la quemadura, la existencia de inhalación de humos y la edad del pacientes, entre otros, antes de comparar costes. Podría también insinuarse que muchos pacientes tratados en Centros de Quemados no padecen lesiones lo suficientemente graves como para justificar técnicas tan especializadas y costes tan elevados. Aparte esto, en muchos de esos centros se enfrentan con el problema llamado "ingreso por problema sociab. Atiyeh (1995) (9) señala que los pacientes quemados tratados en una planta quirurgica general obtienen resultados no peores que los de los Centros de Quemados.
En nuestro estudio ya señalamos que no se han considerado los costes correspondiente a inversiones, mantenimiento y amortización, es por ello por lo que los costes deben interpretarse con cautela. En 1990 el coste medio por paciente quemado, en el Centro de Quemados de Alicante era de 489.705 pesetas mientras en 1991 alcanzó la cifra de 568.380 pesetas, siendo el coste medio por paciente y año de 529.043 pesetas. Eldad (19932 1101 -1993 [111) señala que los costes de hospitalización de un gran quemado, en 1991, en Israel fueron muy inferiores a los nuestros. Por otro lado Lofts (1991) (12) analiza los costes de un gran quemado, en Nueva Zelanda, en 1991 comprobando fueron muy superiores. El coste medio por estancia obtenido en nuestro estudio es bastante similar al publicado por Serigó (1992) (13) quien indica que el coste medio de un Centro de Quemados en España fue e 1988 de 26.027 pesetas. En elmomento actual estos costes son bastante superiores.
Como también hemos indicado, en el análisis de coste~utilidad se centra la atención en la calidad del resultado de salud lograda. En nuestro estudio aunque el coste por paciente fue mayor en los casos de tratamiento general más local, respecto a aquellos en que sólo se realizó tratamiento local, el coste por AVAC fue mayor en estos últimos. Esto indica que en los casos de tratamiento general más local, el número de AVACs ganados por paciente fue mayor, y por consiguiente el valor de salud aportado fue también superior. Por tanto, el empleo del ACU mejora la explicación de los costes en las distintas alternativas d~l tratamiento del quemado.
Nunca debemos olvidar que la supervivencia no es el único objetivo, la rehabilitación del quemado y su calidad de vida son casi tan primordiales como su supervivencia.

5. CONCLUSIONES
  1. El nivel de AVAC aportado al paciente fue alto en prácticamente todas las opciones terapéuticas del quemado.

  2. Las alternativas más caras, considerando únicamente a pacientes, pueden ser las más económicas al conceptuar AVACs, es decir, valor de salud aportado.

  3. El ACU indica cuáles son las opciones más rentables desde el punto de vista social, ya que proporciona información del valor añadido, medido en términos de "salud aportada como producto finab, por un servicio sanitario, a lo social.

  4. El ACU podría ser utilizado como instrumento de gestión, y para comparar resultados y costes de diferentes servicios.


BIBLIOGRAFIA

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  3. Rees J.M., Dimick A. R.: The cost of burn care and the federal government's response in 1990s.. Cli. Plast. Surg. 1992; 19 (2): 561-568.
  4. Ryan C., Schoenfeld D. A., Thorpe W. P., Sheridan R., Cassent E., Thomkins, R.: Objective estimates of the probability of death from burn injuries,. N. Engl. J. Med. 1998; 338 (6): 362-366.
  5. Keswani M. H.: The 1996 Everest Idris Evans Memorial Lecture. The cost of burns and the relevance of prevention. J Burn Care Rebabil. 1996; 17 (1): 485-490.
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  12. Lotts J. A.: Cost analysis of a major burn.. N. Z. Med.1 1991; 104 (924): 488-490,
  13. Scrigò S.: -Estudio cle la Saniclad Espanola,,. Noticias Mèdicas 1992; 3453: 25
Domicilio el autor:
Dra. Lourdes Pardo Mateu
Tetuàn 2 13tm
40003 Valencia (Espana)