medit_line_min.gif (2790 byte) REVISTA ARGENTINA DE QUEMADURAS · VOLUMEN 15 N° 2 · MAYO/AGOSTO 2000

Notas del Ayer

Opinión personal sobre una clasificación uniforme para la profundidad de las quemaduras

Dr. Fortunato Benaim (1970)


RESUMEN
En el 3er Congreso Internacional de Investigaciones en quemaduras, realizado en la ciudad de Praga (Checoslovaquia) en el año 1970, se dedicó una sesión a considerar la necesidad de uniformar la clasificación de las quemaduras.El Dr. Fortunato Benaim presentó su ponencia con el título de Opinión personal sobre una clasificación uniforme para la profundidad de las quemaduras.Consideramos que este trabajo, realizado hace 30 años, sigue teniendo vigencia y por eso se lo ha seleccionado para publicarlo en esta sección. Se presenta la traducción al español ya que su versión original fue en inglés y se la puede consultar en el libro Research in Burras, Pags. 715 a 719, editado por P. Matter, T.l. Barclay y Z. Koníckovd en 1971.
Es obvio actualmente, que hay una necesidad de adoptar una clasificación internacional uniforme que pueda ser utilizada para la designación de los diferentes tipos de quemaduras. P
ara lograr tal propósito se debe primero identificar correctamente la profundidad de la quemadura y en segundo lugar apreciar su extensión.

1. Profundidad de las quemaduras

Si se examinan las diferentes clasificaciones propuestas hasta la fecha para la designación de la profundidad de las quemaduras puede advertirse que la palabra "grado" ha sido la empleada más frecuentemente. Los números agregados a esta palabra, han identificado la profundidad de la destrucción de la piel producida por la quemadura. El problema se plantea cuando a la misma denominación se le ha dado diferente interpretación, según los países. Por ejemplo; la quemadura de Ser grado descripta por Dupuytren corresponde a una lesión con destrucción parcial y el Ser grado descripto por Boyer, a la destrucción total de epidermis y dermis. De modo tal que si se insiste en utilizar la palabra grado, deberá identificarse a qué autor pertenece la escala de grados a la que se está refiriendo (3er grado de Boyer; Ser grado de Dupuytren). La clasificación histológica propuesta por Converse y Rob Smith (1955) es la más adecuada para evitar confusiones al referirse a la profundidad de la quemadura. Dichos autores distinguen alas quemaduras como epidérmicas, dérmicas superficiales, dérmicas profundas, totales y mixtas. Por otra parte, pueden también emplearse los conceptos referidos al proceso de cicatrización para la elección de tratamiento a aplicar según la profundidad de la quemadura, a saber:

a) Las quemaduras epidérmicas y superficiales, evolucionan espontáneamente y curan empleando únicamente tratamiento conservador. No hay riesgo de infección local que incremente la profundidad de la destrucción cutánea porque la capa basal de la dermis está conservada.

b) Las quemaduras totales, necesitan la aplicación de un injerto de piel para su tratamiento. Tan pronto como la escara es eliminada el tejido de granulación cubre la superficie cruenta y la cicatrización espontánea sólo se logra si el epitelio que crece desde los bordes de la lesión, llega a cubrir la superficie con las consiguientes cicatrices retráctiles o patológicas.

c) No existe criterio uniforme para el tratamiento de las quemaduras dérmicas profundas, y es necesario hacer una clara diferenciación entre las lesiones de esta categoría.

Cuando la quemadura produce una destrucción parcial de la piel no siempre es posible obtener una cicatrización espontánea y frecuentemente la infección destruye las células epiteliales remanentes transformando la lesión de la piel de parcial en total. Esta particular situación que plantean las quemaduras dérmicas profundas ha estimulado a algunos autores a realizar la eliminación quirúrgica del tejido destruido y su reemplazo por injertos de piel, tal como se realiza en las quemaduras profundas. Para simplificar la identificación de estos 3 tipos de quemaduras en relación a su profundidad y su posible evolución, proponemos la siguiente clasificación que ha sido empleada en nuestro medio desde el año 1954. Hemos designado con la letra "A" a las quemaduras superficiales que evolucionan a la curación en forma espontánea; con la letra "B", o quemaduras totales (o profundas) a las que necesitan un injerto de piel para su tratamiento, y con la asociación de las letras "AB" al tipo intermedio o quemaduras dérmicas profundas (o 2do grado profundo) en las cuales el pronóstico evolutivo es dudoso pues no puede asegurarse si podrá esperarse una cicatrización espontánea o será necesario recurrir a un injerto. Derganc ha propuesto los términos I1A y IIB para ser aplicados a las quemaduras superficiales y a las dérmicas profundas, respectivamente (Tablas 1 y 2). Nuestra nomenclatura, en el caso de las quemaduras tipo "AB", permite diferenciar las que evolucionan espontáneamente, a las que se denominan "AB-A", indicando que esa quemadura dérmica profunda evolucionó sin necesidad de aplicar un injerto de piel. En cambio si se profundiza produciéndose la destrucción total de la piel, se la designa como "AB-B". En las Tablas 3 y 4 estas posibilidades se presentan resumidas. El uso de las letras "A", "AB" y "B" y la palabra Tipo en lugar de grado para designar la profundidad de las quemaduras evitan las confusiones antes mencionadas, es fácil de aplicar y proporciona información más precisa sobre el tipo de quemadura, su posible evolución y el tratamiento más indicado.

Clasificación de las quemaduras de acuerdo con su profundidad (Benaim 1954)

TABLA N° 1
Clasificación de las quemaduras de acuerdo con su profundidad (Benaim 1954
)

 

Cuadro comparativo de las clasificaciones de las quemaduras de acuerdo con su profundidad

TABLA N° 2
Cuadro comparativo de las clasificaciones de las quemaduras de acuerdo con su profundidad

 

Tratamiento local de las quemaduras

TABLA N° 3
Tratamiento local de las quemaduras


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TABLA N° 4

2. Evaluación de la gravedad de las quemaduras

En 1956 hemos propuesto la consideración conjunta de la extensión y la profundidad de las quemaduras como la mejor manera de evaluar su gravedad. En la Tabla 5 se expone la extensión y la profundidad que comprenden a los 4 grupos de gravedad que se identifican con los número romanos I, II, III, y IV para designar a las quemaduras, Leves, Moderadas, Graves y Críticas.
Puede utilizarse un simple código (ver Tabla 6), que se presenta colocando sobre una línea horizontal la cifra que comprende a la extensión total de una quemadura y en la parte inferior las letras A, AB y B seguidas de los números que indican las extensiones parciales que corresponden a cada profundidad. Como resultado se coloca el número romano que le corresponde de acuerdo con la Tabla 6.

Diagnóstico de gravedad de las quemaduras de acuerdo con su extensión y profundidad en pacientes de 12 a 60 años (Benaim 1956)

TABLA N° 5
Diagnóstico de gravedad de las quemaduras de acuerdo con su extensión y profundidad en pacientes de 12 a 60 años (Benaim 1956)

 

Diagnóstico codificado de la gravedad de una quemadura
TABLA N° 6
Diagnóstico codificado de la gravedad de una quemadura


El ejemplo de los grupos de gravedad ha sido dé gran utilidad en: a) Análisis estadístico, para comparar pacientes con riesgo equivalente que responden a las diferentes combinaciones de extensión y profundidad. b) Establecer tasas de mortalidad. c) Formular pronóstico. d) Indicar qué tipo de tratamiento deber ser aplicado
.
Estas tablas y sistemas de codificación han sido adoptadas no sólo en Argentina sino también en varios países latinoamericanos y en algunas Unidades de Quemados de España. Como el uso de las letras es internacional, esta denominación puede ser empleada por cualquier país sin tener en cuenta las diferencias de idioma. Por lo tanto, someto esta clasificación a la discusión por el panel.


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